La educación emocional e intelectual
(2da parte)

(Leer 1era Parte)

Según Amanda Céspedes en su libro “Educar para la vida”, la salud mental laboral es un concepto de la salud preventiva que alude a un estado de bienestar integral del trabajador. Lamentablemente, ese bienestar en los profesores, a menudo se deteriora y resulta preocupante.

Aquellos docentes que sufren de ansiedad o estrés por múltiples funciones en los centros educativos y en su labor de planeamiento diario, deben enfrentarse a la educación emocional. Dice Amanda Céspedes que los niños leen las emociones negativas de una persona que sufre de estrés crónico y hace una comprensión implícita de éstas. Es decir, las emociones son contagiosas y un profesor que sufre del llamado síndrome de Burn out (desgaste) puede llegar a perder la sensibilidad para atender las emociones de sus alumnos. Por lo mismo, proteger la salud mental de los profesores debería ser una tarea ineludible; hacerlo no solo es proteger sus emociones, sino también las de sus estudiantes.

Esta tarea debe abordarse desde varios ámbitos.

• No deben ser medidas temporales como licencias o incapacidades.
• Se le debe dar al docente la confianza de la labor que está realizando en el aula.
• La supervisión es buena pero el exceso de control produce en el docente un ambiente de desconfianza y de que no está haciendo las cosas de la mejor manera, produciendo un ambiente de estrés y ansiedad en sus clases.
• Evitar el exceso de funciones o actividades que interfieran en la buena labor docente. Un docente sin tiempo para preparar su clase o para analizar su función educativa, es un profesional sin norte definido y a la larga, producirá clases desmotivadas o sin sentido. El docente debe tener espacios de meditación y de esparcimiento que lo libere del estrés que le produce un exceso de trabajo.
• Mejorar el clima laborar, en su lugar físico, mejores salarios, incentivos laborales y sobre todo un ambiente laboral donde se le valore como profesional.
• Establecer una buena comunicación entre los docentes y los puestos de jefatura, y que vean en sus superiores personas de apoyo y asesoría en su labor y no un jefe autoritario y que cause temor.
• El educador debe en nuestra institución ser un colaborador que realice sus funciones por convicción y no por obligación.
• El apoyo de los padres de familia en su labor docente es muy importante para que un profesor se sienta estable emocionalmente y motivado. El reconocimiento social de su labor es de mucha importancia para un docente.

La institución que busca efectividad real en la formación de sus estudiantes debe empezar por creer en sus docentes para poder construir en los corazones de los niños y jóvenes el conocimiento intelectual y emocional que los harán personas exitosas y ciudadanos de bien.

La motivación del docente es clave para una política educativa de calidad enfocada en el intelecto y en las emociones. Los expertos aseguran que lograr excelentes resultados en el sistema educativo de una institución depende de tener un personal docente preparado y motivado.