Irene Araya León – Egresados Escuela y Colegio del Valle

Mi historia con la institución es muy particular, fui de los estudiantes fundadores que iniciaron con Teacher Linda (Jorgensen) en una pequeña guardería en su casa.

En el año 1988, cuando varios de los niños que asistíamos a esta guardería estábamos en edad de entrar a primer grado, Teacher Linda decidió iniciar el proyecto de la Escuela del Valle, la primera institución de educación bilingüe en la zona, en las instalaciones donde actualmente se encuentra el IMAS. En sus inicios sólo contaba con kínder, primero, segundo y tercer grado; y fue creciendo a medida que los estudiantes avanzábamos.

En el año de 1994, cuando mi grupo debía entrar a sétimo año, decidieron abrir la secundaria, hasta noveno año, ya para entonces la institución contaba con el edificio donde actualmente es el colegio y mientras ampliaban la infraestructura, recibimos clases los primeros años en unas aulas alquiladas a una iglesia cerca del estadio.

Creo que fue para mi noveno año que pudimos trasladarnos de nuevo, pues ya se había construido el edificio de la escuela.

Para la época de cuando yo estaba en el colegio ya se realizaba la Noche Cultural (era sólo una) en la que se presentaban obras de teatro – dirigidas desde entonces por el profe Selva – bailes y la premiación a estudiantes destacados durante el año.

En mi último año de colegio se iniciaron los clubes: algunos de ellos eran ciencias (del cual yo formaba parte), matemática, geografía, arte y había uno de periodismo.

Nunca fui parte de los equipos deportivos, sin embargo, siempre me gustaba acompañar a mis compañeros y compañeras cuando tenían partidos de fútbol o básquet, para apoyarlos.  Por mi parte, más bien participaba en los Festivales de Artes en las áreas de cuento y ensayo.

Algo llamativo y diferente de la Escuela y Colegio del Valle, y de lo que sin duda uno más recuerda eran los paseos, porque no siempre era a lugares de fácil acceso. El viaje a las Cavernas de Venado en Savegre, es un ejemplo de ello, había que caminar varias horas para llegar hasta el galerón donde dormíamos en bolsas de dormir. Otro viaje de ese estilo que recuerdo fue cuando fuimos a la reserva de Altamira en el Parque Nacional la Amistad, donde llegar  tampoco era sencillo y durante el tiempo que estuvimos allí ayudamos a los guardaparques en diferentes labores. Aunque si hubo otros paseos a hoteles y con mayores comodidades.

No tengo hijos, pero una de mis sobrinas (la única que vive en San Isidro) asiste a la Escuela del Valle, en segundo grado.

Actualmente me desempeño como trabajadora por servicios profesionales de diseño, fotografía y web, y fue precisamente así como desde hace dos años volví a la institución dando apoyo en estas áreas.

Siempre le he guardado mucho cariño a la Escuela y Colegio del Valle y sé que para muchos de los que hemos sido parte de ella es igual. Por ello en adelante vamos a seguir compartiendo experiencias con algunos otros egresados, para compartir sus anécdotas dentro de la institución y conocer un poco más qué hacen en la actualidad.