Crónica por Owen Amén Montero, entrenador del equipo de Baloncesto
El año 2018 arribó, y con él los entrenamientos del equipo de baloncesto del Colegio, los cuales desde el principio iniciamos llenos de motivación y con muchas caras nuevas comparadas al año anterior. En el 2017 ya nos habíamos propuesto la meta de estar nuevamente en una final de juegos estudiantiles, y como si fuera poco romper esa racha de casi 8 años de no asistir a dichas justas.
Con varios entrenamientos semanales y partidos de fogueo empezamos la ruta hacia la final nacional de baloncesto, con los objetivos claros y con ganas de hacer las cosas diferentes.
Desde los inicios de los entrenamientos con ayuda de los jugadores y del cuerpo técnico pudimos conocer a Pablo Fallas, “Chisbala” como de cariño le decimos, quien se integró al grupo y empezó a entrenar con la idea de poder integrarlo al equipo.
Llegó abril y ya para este mes sabíamos que se venía la eliminatoria cantonal la cual no iba a estar nada fácil. Un equipo del Liceo Unesco que venía acudiendo a todas las finales nacionales consecutivamente por los últimos 3 años y que sabíamos sería el rival más duro camino a la final.
Con esa consigna trabajamos la parte ofensiva y defensiva, nuevos integrantes se fueron ilusionando y empezaron a acudir a entrenar, la ilusión y el sueño se empezaban a hacer realidad.
Horas antes de nuestro primer partido nos concentramos en un lugar neutral donde compartimos y nos motivamos con el fin de dar el primer golpe ante el Liceo Unesco en nuestra casa.
¡En hora buena! Luego de un arduo partido y un llenazo en nuestra casa logramos nuestra primer victoria por un amplio margen de 27 puntos que nos hacia soñar en grande a sabiendas que debíamos de devolver la visita 8 días después. La afición fue vital en este triunfo y se volvió a vivir el baloncesto colegial como hacia años no pasaba.
Durante la semana nuestro sueño se vio nublado ya que situaciones fuera de lo deportivo quisieron empañar nuestra victoria, pero la justicia y el amor por el escudo de la institución pudieron mas.
Enfrentamos al Liceo Unesco en su casa, aunque ese día parecía mas nuestra casa que la de ellos. El partido fue vibrante de inicio a fin con un marcador muy parejo. El cual se definió como partido de final de NBA en el ultimo minuto donde Moises Bogantes logra anotar la canasta dándonos el triunfo 40 a 42 los que nos llevaría a jugar la fase clasificatoria a la final regional.
Volvimos a las prácticas por un mes, entrenando arduamente a doble sesión por día. Esperando el rival de la zona sur, al final un solo partido en nuestra casa definiría al Campeón de toda la Zona Sur.
Nuevamente a gimnasio lleno, y con un equipo inspirado por la afición , el equipo logra una contundente victoria contra un equipo de Golfito que a pesar de darlo todo no pudo ante las ganas y el orden táctico de los nuestros.
La alegría se apodero de todos ya que nuestra meta había sido cumplida:
¡LA FINAL NACIONAL YA ERA NUESTRA!
La final nacional
Durante toda una semana el equipo estuvo hospedado en el Liceo Samuel Saenz Flores donde los 8 mejores equipos de Costa Rica se dieron cita para dicha competencia.
A pesar de lo difícil que nos tocó el grupo teniendo a los mejores 3 equipos los nuestros dejaron literalmente el cuerpo en la cancha tal y como sucedió con Javier Cabalceta que en su mejor juego no pudo continuar por lesión. Todos los jugadores siempre aguerridos y defendiendo los colores de la institución.
Nos fuimos de la final con la consigna de volver, seguimos trabajando fuerte para siempre representar al colegio de la mejor forma y con la idea de que el baloncesto regresó… y regresó para quedarse.
UN, DOS, TRES… ¡DEL VALLE!!!
